"An den Mond" de Goethe

"Wald und Wasserfall im Mondschein" de Carl Gustav Carus

 

El poema An den Mond de Goethe tiene una ambientación musical de Schubert.

En este recital de habla alemana, sin embargo, elegimos el Adagio de la obra de Beethoven Sonata Claro de luna tocado con la guitarra clásica.

El poema gira en torno a la pérdida, la muerte y el luto, pero lo más importante es que explora sutilmente los misteriosos lazos de inspiración y relación que fluyen de forma lemniscata entre el mundo de los vivos y el de los muertos.

 

 

Rudolf Steiner celebró a Goethe y señaló a El cuento de Goethe de la serpiente verde y el hermoso lirio como la "semilla germinal" del movimiento antroposófico. Este importante texto que inspiró la antroposofía de Rudolf Steiner en el siglo XX está disponible en una nueva traducción para nuestro siglo XXI. 

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A la Luna
Por Johann Wolfgang von Goethe

BUSH and vale are filled by thee
Con una neblina plateada,
Y has liberado mi alma
Con tus rayos calmantes.
 
Y tus suaves rayos descienden 5
Amablemente donde voy,
Como la leve mirada de un amigo
Sobre mi alegría y mi desdicha.
 
Ecos de tiempos pasados
Tiembla a través de mi corazón, 10
Entre el placer y el dolor me muevo,
Siempre aparte.
 
Querido río, fluye, ¡oh fluye!
La alegría no puede morar.
El juego y los besos se desvanecieron así, 15
Fidelidad al lado.
 
Una vez... ¡oh, podría olvidarlo!...
Era mío: ¡el raro!
Y es una tortura todavía
Recuerdos para llevar. 20
 
Río, fluye el valle a lo largo,
Sin descanso ni tranquilidad,
Murmura, susurra a mi canción
¡Melodías suaves!
 
Hinchazón en la noche de invierno 25
Con tu crecida rugiente,
Burbujeando en el deleite de la primavera
¡Sobre la hoja y el brote!
 
Bienaventurado el que camina aparte,
Aunque no tenga odio, 30
Guarda un amigo en su corazón;
Y con él comparte
 
Todo lo que roba, por hombres no adivinados,
O por hombres desconocidos,
A través del laberinto de su propio pecho 35
En la noche a solas. 

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An den Mond

Füllest wieder Busch und Tal
Still mit Nebelglanz
Lösest endlich auch einmal
Meine Seele ganz;

Breitest über mein Gefild
Lindernd deinen Blick,
Wie des Freundes Auge mild
Über mein Geschick.

Jeden Nachklang fühlt mein Herz
Froh- und trüber Zeit,
Wandle zwischen Freud' und Schmerz
In der Einsamkeit.

¡Fließe, fließe, lieber Fluß!
Nimmer werd' ich froh;
So verrauschte Scherz und Kuß
Und die Treue so.

Ich besaß es doch einmal,
¡was so köstlich ist!
Daß man doch zu seiner Qualität
¡Nimmer es vergißt!

Rausche, Fluß, das Tal entlang,
Ohne Rast und Ruh,
Rausche, flüstre meinem Sang
¡Melodien zu!

Wenn du in der Winternacht
Wütend überschwillst
Oder um die Frühlingspracht
Junger Knospen quillst.

Selig, wer sich vor der Welt
Ohne Haß verschließt,
Einen Freund am Busen hält
Und mit dem genießt,

Was, von Menschen nicht gewußt
Oder nicht bedacht,
Por el laberinto del polvo
Wandelt in der Nacht.

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9.17.20