"El Frankenstein de Mary Shelley" por Lynd Ward
El moderno Prometeo
En nuestra reunión el 13 de julio de 2019 profundizamos en nuestro estudio del Romanticismo británico, siguiendo un hilo conductor que nos lleva a nuestro tema: "El Frankenstein de Mary Shelley: humanismo, transhumanismo y el desafío de la inteligencia artificial". (Para más detalles e información sobre este tema, consulte el informe que envié recientemente por correo electrónico sobre la reunión de la Sección del 30 de junio).
Comenzamos la velada con un debate sobre los acontecimientos de la Sección. Hablamos de la reciente dimisión de Marguerite Miller del colegiado de la Sección, y debatimos sobre Visita prevista de Christiane Haid en 2020. Desgraciadamente, no tengo más detalles que compartir en este momento, pero mantendré a todos informados a medida que se desarrollen los acontecimientos.
A continuación hablamos de Frankenstein. Nuestra conversación se centró en los personajes de la Criatura y Victor Frankenstein. En los últimos años, la novela de Mary Shelley ha alcanzado una sólida posición en el canon de la academia. Su aparición en seminarios de posgrado, cursos introductorios y cursos completos dedicados exclusivamente a este texto puede sorprender a algunos lectores, pero creo que hemos empezado a comprender el atractivo del libro y la necesidad de su inclusión. Mary Shelley y su madre Mary Wollstonecraft Godwin sufrió los prejuicios sexistas tan comunes en décadas pasadas; Mary Shelley, en particular, recibió un menosprecio muy duro e injusto. Su novela Frankenstein fue desestimada como una caldera apta para ser tratada en Hollywood, pero no apropiada para las "elevadas" aulas universitarias. Todo esto ha cambiado, y una de las razones es la actualidad y clarividencia de los temas del libro.
¿Qué significa ser humano?
¿Cuáles son los límites morales del esfuerzo y la inteligencia humanos? ¿Qué significa crear una naturaleza de "segundo orden" y/o una vida "artificial"? ¿Qué significa crear un ser "humano" artificial? Cuál es el papel del lenguaje en el universo moral humano, y ¿hasta qué punto depende nuestra humanidad del lenguaje? ¿Qué ocurre si el humano artificial habla -¡o peor aún! - utiliza el lenguaje con elocuencia? Peor aún: ¡qué ocurriría si el "humano" artificial aprendiera a utilizar el lenguaje mejor que las formas de vida basadas en el carbono menos educadas! ¿Qué pasa si amamos a TI o si TI nos ama? ¿Qué es el amor? ¿Qué es el Doble - y hasta qué punto el "mal" dirige nuestro "progreso"? ¿Quién soy yo? ¿Por qué Mary Shelley subtituló su libro "El moderno Prometeo"? y cómo el misterio de Prometeo ¿forman nuestra cultura y quizá nuestro destino espiritual último?
Éstos son sólo algunos de los temas que se desprenden del libro. Por consiguiente, nuestro viaje con esta obra maestra del romanticismo tardío no ha hecho más que empezar. Sin embargo, ya podemos ver conexiones inspiradoras con otros textos que hemos estudiado en su totalidad a lo largo de nuestros varios años juntos. Textos como: Fausto, primera y segunda parte, Las penas del joven Werther, La tempestad, Cuento de invierno, Los cantares de gestay otros. (Wertherpor cierto, puede parecer un miembro sorprendente de esta lista - no así cuando leemos en Frankenstein que la Criatura leyó el libro de Goethe (¡en francés!) y que Wertherjunto con la de Plutarco Vidas y de Milton Paraíso Perdidoinfluyó de forma seminal en la Desarrollo espiritual de la criatura.
En fin, ¡mucha diversión! Seguiremos avanzando por el camino de la aventura en nuestras próximas reuniones. Mientras tanto, sigan leyendo y releyendo Frankenstein (¡eh, y vean las películas!) y cualquier otro texto de la antología. Por mi parte, intentaré prestar algo de atención a Manfred y Prometheus Unbound.
No tengas miedo de la confusión exterior, sino de la confusión interior.
- Friedrich Schiller
Aprende de mí, si no por mis preceptos, al menos por mi ejemplo, cuán peligrosa es la adquisición de conocimientos, y cuánto más feliz es aquel hombre que cree que su ciudad natal es su mundo, que aquel que aspira a llegar a ser más grande de lo que su naturaleza le permite.
- Mary Shelley, Frankenstein